La omnicanalidad, realidad o fantasía.
Bonita palabra la omnicanalidad, eso es lo que predican todos los gurús del marketing cuando les toca exponer delante de un grupo de comerciantes.
Eso de vender por todos los canales existentes en la sociedad actual, y digo sociedad y no digo la red, porque también se incluye la venta en tiendas físicas.
Para un comerciante tradicional resulta muy difícil no solo adaptarse a las nuevas tecnologías sino encontrar financiación para abordar el lanzamiento de cualquier plataforma de venta online.
Esa es la cruda realidad, que aunque el comerciante quiera, este por la labor de insertarse en el nuevo mundo virtual, le hace falta inversión, puede intentar hacérselo el mismo, pero nunca conseguirá esta a la altura de las grandes plataformas de venta. Por lo que necesita ayuda, ayuda que vale dinero, dinero que nadie esta dispuesto a dar.
Ante la vicisitud parece que el gobierno intenta reaccionar con el famoso kit digital, pero no es suficiente, si ademas llegara a tiempo, pues según cuentan los agentes digitalizándoles, no están cobrando la subvención para pagar los trabajos que hacen.
Con ello han conseguido justo lo contrario de lo que querían, resulta que estos agentes digitales, pequeñas empresas de servicios web, marketing online, webmaster, etc. están pasándolas cañitas para sobrevivir pues no cobran del gobierno los trabajos que realizan. Y peor aun resulta que se ha paralizado la venta pues todos sus clientes se acogen al kit digital y esperan a que se les pague la subvención y no contratan nada nuevo. Todo un despropósito de la administración, como siempre que pretende arreglar algo.
Por lo que en resumidas cuentas, hoy en dia resulta imposible para un pequeño empresario del mundo del comercio, como lo son casi todos, actualizarse digitalmente y por tanto tienen que renunciar a la omnicanalidad.
Lamentablemente solo los grandes se lo pueden permitir, cuando creíamos que la red se basaba en la igualdad de oportunidades para todos, resulta que no es así.